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domingo, 2 de agosto de 2009

Miedo a volar en avión



Miedo a volar en avión

Muchos, lo confiesen más o menos abiertamente, tienen sus reservas a volar en avión. Los miedos son frecuentes incluso en aquellas personas con muchos años en los aviones. Los cielos no constituyen un medio natural para los humanos y los miedos se multiplican por múltiples causas... Nos disponemos a dar algunos sencillos consejos

Temas relacionados:

Muchos tipos de miedo

Hay personas que desde el principio tienen verdadero pavor a subir a un avión y volar. Una mezcla de intensa claustrofobia, angustia y ansiedad que hace imprescindible la labor de un especialista para lograr vencer el miedo al avión. Son problemas, de raíces complejas, que se exteriorizan y proyectan a través del miedo a volar. Hay excelentes especialistas y magníficos cursos. El miedo a volar, por lo general, y salvo casos extremos, es perfectamente superable.

Una gran mayoría de personas tiene un miedo "irracional" al avión provocado por múltiples causas.

Algunas razones alegadas por viajeros:

  • Se recuerdan accidentes mortales de aviones vistos en TV u otros medios.
  • Otros sienten vulnerabilidad al sentirse entre las nubes.
  • No entienden la tecnología y funcionamiento del avión y les preocupa cualquier alteración o ruido, turbulencias, el aterrizaje, el despegue, maniobras...
  • Les preocupa la carencia de control sobre el aparato en manos de un piloto que podría cometer un fallo humano.

Algunos consejos e ideas para perder el miedo a volar:

1. Piense que los pilotos son profesionales extraordinariamente bien preparados, con una forma física y psíquica excelente. Solo suben a pilotar aviones en las mejores condiciones, incluso la garantía de que estas se cumplen puede conllevar retrasos en la salida del avión (ejemplo necesidad de descansar). En general, todo el personal de a bordo son profesionales con muy alta cualificación en el desempeño de sus funciones.

2. El avión es un medio de transporte muy seguro. La tecnología actual es muy potente en todas las vertientes que refuerzan la seguridad del vuelo y de los pasajeros. Como es conocido hay muchísimos más accidentes de coches que de aviones. Es difícil cometer errores en el espacio aéreo mucho más descongestionado que las autopistas terrestres, donde multitud de "pilotos" de vehículos (coches, autobuses, camiones, motos... ) no alcanzan tan alta cualificación como la que se le exige a los pilotos.

3. Compartir el miedo. Si está por alguna razón llega a estar atemorizado dentro del avión, quizás sea un buen consejo compartirlo con una azafata o el sobrecargo. Seguro que ellos podrán hacer algo por usted para que se sienta más confortable. No tenga miedo a preguntar o pedir cualquier cosa.

4. Recursos de seguridad en casos extremos. Piense que hay muchos recursos de seguridad y salvamento en el avión. Generalmente, hasta su asiento puede utilizarse en caso de emergencia como flotador. Hay máscaras de oxígeno, puertas y plataformas preparadas para casos extremos.

5. Respiración y Relajación. Si está atemorizado cuando vuela o aterriza, no mire por la ventanilla del avión. Quizás se sienta peor. Hay una bolsa en el caso de que la necesite si siente angustia o mareo. Trate de respirar profundamente. Una buena idea es practicar y controlar la respiración. Especialmente la respiración abdominal. Trate también de practicar algunas técnicas de relajación. Si lo prefiere, entable algún tipo de conversación con el pasajero del asiento de al lado o la azafata.

6. Compañía. Si puede, trate de volar acompañado, con alguien con quien confía o ama. En estas circunstancias generalmente se reduce el miedo a volar de forma muy sustancial. Coja su mano en le despegue, al aterrizar o cuando se produzcan turbulencias.

7. Rutinas agradables. Una forma de combatir el miedo es volar frecuentemente e intentar diseñar un poco nuestras propias rutinas hasta que nos acostumbremos mejor al avión:

  • Deje todos sus miedos y preocupaciones fuera del avión.
  • No tome estimulantes antes de subir (café, etc.)
  • Solicitar una reserva de asiento de pasillo con antelación.
  • Saludar amablemente a la tripulación, gastar alguna broma con ellos.
  • Ponerse ropas muy cómodas
  • Llevarse revistas o libros muy entretenidos. Escuche música, vea la película, escriba cartas...
  • Intente hablar un poco con otros pasajeros.
  • Esfuerce en pensar positivamente.
  • Cocentrarse en la respiración abdominal y hacer sencillos ejercicios de relajación de los pies, muslos, manos, brazos, cuello, cabeza...
  • Esfuércese en ser simpático, ayuda al cerebro a desechar pensamientos negativos.
  • Tome líquidos y bebidas que le apetezcan.
  • Bromee con las azafatas y tripulación sobre sus miedos, las turbulencias, etc.
  • Cuente estos consejos a los que tengan miedo, contándolos en voz alta perderá su propio miedo.
  • Sentido del humor: lee este artículo de García Márquez.
8. Piense que la vida está en todas partes, en la tierra, en las estrellas, incluso en el avión. Pensar en la vida es bello y tranquilizante.¿Nos quieres contar tu caso? Participa en el Foro miedo a volar compartir nuestras experiencias nos ayudará.

sábado, 1 de agosto de 2009

¿COMO SOLUCIONAR EL MIEDO A VOLAR ?

Un estudio indica que dos de cada tres pasajeros padecen temor o ansiedad en algún momento del viaje, mientras que una de cada cinco personas directamente evita subirse a una aeronave, eligiendo un medio de transporte alternativo.

Estos datos fueron confirmados por el doctor Claudio Pla Alem, fundador de la organización Poder Volar. Se trata de una organización que, a partir de 2006 y desde Aeroparque, organiza cursos y talleres para ayudar a superar este trastorno con un abordaje multidisciplinario.

Diversas definiciones convergen en que la aerofobia es el temor a volar que se presenta en forma persistente y no entiende de razones. Esto significa que quien sufre de este temor es generalmente impermeable a los innumerables datos estadísticos que demuestran la relativa seguridad del avión vis a vis a la del automóvil particular.

Lejos de manifestarse únicamente ante la posibilidad de unas vacaciones lejos de casa, estos síntomas complican la vida de quienes, por ejemplo, deben viajar para trabajar o quienes tienen a algún miembro de la familia viviendo en el exterior. Y en los tiempos que corren, sufrir de este mal puede significar no ver a un ser querido por años, perder un buen negocio, tener un conflicto de pareja, o incluso la imposibilidad de un amor a distancia.

Pero, ¿de dónde surge este temor? Según Pla Alem, no es tarea sencilla rastrear los orígenes del miedo. Sin embargo, una mala experiencia del pasado –como puede ser un viaje con turbulencias- puede bastar para que el miedo aflore.

El stress y la ansiedad coyuntural particular del viajero también pueden desatar estos temores. El especialista mencionó además la repercusión que tienen las noticias sobre accidentes o desperfectos aéreos como detonantes de una aumento de las consultas. “La noticia sobre las fallas en el funcionamiento de los radares, en marzo del año pasado, aumentó notablemente el número de consultas”, añadió.

Justamente porque las causas del temor son variadas, el abordaje para controlarlo es también multidisciplinario. “En Poder Volar trabajamos a través de ejercicios corporales, facilitamos información sobre el avión a través de clases con especialistas, dvd y material de lectura, establecemos contacto con los viajeros inmediatamente antes de que aborden el avión para ofrecer contención y recetamos medicación en los casos en que sea necesario", advirtió Pla Alem.

Por último, el especialista confirmó la importancia de la actividad de prevención: “En el último año hemos iniciado charlas en distintos colegios y queremos que esta actividad con adolescentes y niños aumente”.

Perder el miedo a volar: consejos para que tu viaje sea más placentero


No es raro escuchar de personas que le temen a volar, incluso de aquellos que suelen lo hacen con mucha frecuencia. Cuando estás en un avión, ¿Te da pánico?, ¿Sientes un sudor frío?, ¿No hayas la hora de estar nuevamente en tierra firme? Tranquilo, pues te brindaremos una serie de consejos para aliviar tu temor.

¿Sabías que solamente un 6% de las personas se sienten completamente cómodas volando? ¡Para la gran mayoría, volar es algo no deseado! Muchas personas cancelan sus vacaciones, rechazan puestos de trabajo, se pierden maravillosas lunas de miel o celebraciones familiares por el temor a subir a un avión. Las principales razones que presentan los pasajeros que temen a volar son: recuerdan accidentes de aviones que vieron en televisión, sienten inseguridad al saber que están entre las nubes, les preocupa cualquier ruido o turbulencia debido a que no comprenden la tecnología ni el funcionamiento del avión o les preocupa que el piloto cometa un fallo humano.

Si quieres perder el miedo a volar, entonces lee los consejos que te brindamos a continuación y disfruta de tu próximo viaje. En primer lugar, debes pensar que los pilotos son profesionales y están muy bien preparados, no sólo de manera física sino también psíquica. Todo el personal que se encuentra a bordo del avión ha recibido el entrenamiento y la educación necesaria para poder desempeñar sus funciones de manera óptima. En segundo lugar, intenta comprender que el avión es un medio de transporte seguro. No olvides que hay muchos más accidentes en automóviles que en aviones, debido a que es muy difícil equivocarse en el espacio aéreo. La razón de esto es que en el aire no hay tráfico y que ningún piloto alcanza tan alta calificación, como la que necesitan las personas para llegar a ser pilotos.

En tercer lugar, es importante compartir el miedo. Con esto nos referimos a que si una vez dentro del avión, sientes temor, entonces comunícaselo a una azafata o al sobrecargo. Ellos tienen mucha experiencia en el campo y podrán hacer que te sientas más cómodo. En cuarto lugar, recuerda que un avión cuenta con diferentes recursos de seguridad y salvamento, por lo que cualquier accidente, tiene una posible solución. En quinto lugar, no intentes mirar por la ventanilla, intenta respirar profundamente y practicar ejercicios de relajación.

Por último, trata de viajar en compañía de alguien conocido, pues esto te dará mayor seguridad. De esta manera, podrás coger su mano en los momentos más molestosos como el despegue, aterrizaje o cuando se presenten turbulencias.

Venciendo el temor a volar



Las razones por las que una persona puede llegar a tener miedo a volar, pueden ser de hecho muy diferentes. En especial, luego de los ataque terroristas del 11 de septiembre, comenzó a gestarse un fuerte pánico en muchos potenciales viajeros, que temían ser víctimas de ataques terroristas similares.

Sin embargo, el miedo a volar no ha surgido luego de esos ataques. En efecto, los temores, cuando se trata de volar, son interminables, y ocurren desde hace varias décadas. En varios casos, este temor se manifiesta por el hecho de que estas personas han oído acerca de gente conocida que ha muerto en accidentes de avión.
Otras, tienen miedo porque ya han volado, y les ha atemorizado tremendamente el hecho de que cuando están en el aire y ven por las ventanas del avión, no pueden ver mucho más que las nubes. Incluso, alguna gente tiene miedo por el hecho de sentir que, a diferencia de cuando manejan un auto, no tiene un control similar sobre el avión; en el caso de los aviones, tienen sí o sí que confiar en el desconocido piloto, que podría no estar en óptimas condiciones de descanso, lo cual es espantoso para ellos.

Según los especialistas en psicología, este pánico o fobia a volar puede tener razones mucho más profundas, que van mucho más allá de las vertidas anteriormente, al margen de que ellas sirvan como buenas excusas.
Tener, por ejemplo, miedo de estar en el aire y que el avión choque o se quede sin gasolina, o bien que tenga problemas de aterrizaje, es muy legítimo, pero algo sucede para que de todos los pasajeros que viajan en el avión, tan sólo algunos tengan estos temores (que por otra parte también podrían tener en tierra, como por ejemplo la posibilidad de que un auto los atropelle, y sin embargo no lo tienen).

En el caso de estas fobias, tal vez sea necesaria la intervención de un psicólogo o psiquiatra, sobre todo por que, desde un razonamiento lógico, es posible observar que no debe haber mayores temores para emprender un vuelo. De hecho, si no existe una cuestión severa de fondo, alcanzará con leer los siguientes puntos para darse cuenta como basta con conocer algunas cuestiones, para que el temor no tenga oportunidad de aterrizar en nuestro vuelo.

Combatiendo el miedo a volar

En primer lugar, debe saber que existen, por lejos, muchísimos más choques de automóviles que de avión. El principal motivo para ello, es que nunca hay mucho tráfico, sino ninguno, por los aires. Por eso, es casi imposible que se choque con otro avión ni con ninguna otra cosa mientras se está arriba, lo cual es muy diferente a lo que sucede con el tráfico automovilístico.

Además, si un piloto tuvo una noche movida antes de su vuelo, generalmente estará instruido para dormir y relajarse antes de tomar otro vuelo. Su vuelo puede acabar demorándose a causa de esto, pero las compañías siempre lo preferirán, pues jamás dejarán que un piloto sin descanso tome el mando de un avión.

También se debe saber que, incluso ante el caso de una emergencia, existen innumerables recursos de seguridad personal durante el vuelo. Generalmente, el asiento del avión puede ser sacado y utilizado como un salvavidas. También, se encuentra una máscara de oxígeno que cae del techo en caso que ocurra cualquier emergencia a alturas muy elevadas.

Si su caso es que se espanta cuándo al avión despega o aterriza, simplemente elija un asiento que no se encuentre al lado de la ventana, o por lo menos no mire por la misma, ya que esto sólo empeorará la situación. De todas formas, siempre cuenta con una pequeña bolsa para mareos en el respaldo del asiento delantero, para el caso que necesite devolver.

En lo posible, trate de volar con alguien en quien confíe y se sienta protegido. De esta manera, podrá tener la mano de alguien que le da mucha confianza cuando despegue o aterrice, y dejarles a estas personas el asiento de la ventana. Si realmente tiene mucho miedo, se recomienda no mirar por la ventanilla, por lo menos durante el principio del vuelo.

Asimismo, trate de volar con más con frecuencia, eligiendo por ejemplo los vuelos de cabotaje antes que los micros interurbanos. Como con todo, cuanto más se utilice más se acostumbrará, con lo que también más cómodo y seguro se sentirá.

También sería importante que trate de no pensar tanto en el vuelo, y más en si mismo. Por ejemplo, podría preocuparse por cuando servirán la comida y/o bebida, lo que es generalmente una buena manera de olvidarse de las preocupaciones. Lleve un libro o crucigrama, o escuche música, que son otras alternativas muy apropiadas para olvidar el miedo.

Por último, si sigue teniendo mucho miedo a volar, quizás podría hacerle saber esto a una azafata. Ellas tienen mucha experiencia en estas cuestiones, y posiblemente será capaz de hacer algo en su ayuda, para lograr que su vuelo sea más cómodo.

¿COMO VENCER EL MIEDO A LOS AVIONES?

Temor a volar
05.07.2009 | Se estima que entre un 10 y un 40% de las personas padecen algún grado de malestar, inquietud o temor acentuado a viajar en avión. Un especialista en psicología aeronáutica explicó a La Prensa cuáles son los factores que pueden desencadenar esta clase de fobia y qué se puede hacer al respecto.
Por Agustina Sucri

El miedo a volar puede adoptar distintas intensidades: puede representar una molestia leve o ser una gravísima angustia que impida subirse a un avión. "Entre ambos polos tenemos muchos grados de afección", indicó en diálogo con La Prensa el piloto privado y psicoterapeuta Modesto Alonso, quien además es profesor de Psicología Aeronáutica en la Universidad de Buenos Aires (UBA) y en el Instituto Nacional de Medicina Aeronáutica y Espacial.

"Hay quien puede tener una cierta ansiedad ante el vuelo, un temor pronunciado o puede haber desarrollado una fobia", detalló Alonso, para luego agregar: "Hay quien puede volar con inquietud, con mucha angustia, o no poder subir al avión; y esto le puede pasar a un pasajero, un tripulante de cabina o un piloto".

Según señaló el experto, si una persona nunca vio ni viajó en avión, es normal que sienta cierto nivel de inquietud. El problema surge cuando la ansiedad adquiere las características de intensas reacciones fóbicas o situaciones graves de pánico. En ese sentido, Alonso comentó que hay distintas emociones vinculadas con la ansiedad:

* Angustia: es un estado particular, difuso, de sensación de peligro interno, con malestar y displacer, sin motivo aparente, frecuentemente acompañada por disturbios somáticos. Su génesis es inconsciente y no responde a una causa externa. En niveles mínimos, se considera normal, adaptativa. Existen diferentes grados de angustia, desde cierto malestar social corriente, que puede intensificarse en ciertas situaciones, hasta la angustia patológica, crítica o crónica, que responde a motivaciones de origen interno y que puede llegar hasta el estupor o el pánico. La angustia está presente en los cuadros fóbicos, la depresión ansiosa, las obsesiones, las compulsiones y los trastornos psicosomáticos.

* Ansiedad: componentes subjetivos de la emoción ante incertidumbre o expectativas negativas de algo por venir. La ansiedad se acompaña de distintas reacciones viscerales (disnea, nudo en el estómago, cólicos intestinales, premura vesical, opresión precordial, palpitaciones, taquicardia) y motoras (tensión, inquietud, inhibición o agitación).

* Temor: inquietud ante algún peligro externo.

* Miedo: temor intenso ante un peligro definido, externo, frecuentemente con agitación. En el miedo existe una amenaza externa, un peligro definido, en tanto que en la angustia el peligro es desconocido. Pero la angustia puede transformarse en miedo como mecanismo defensivo, pues el peligro objetivo es menos temible. El miedo es una variante del temor, más intensa, frecuentemente con signos de agitación.

* Fobia: reacción de miedo muy intensa desproporcionada al estímulo que genera la reacción. Genera defensas de evitación y de reaseguramiento, es decir, la tendencia inmediata es a huir, a evitar el estímulo ansiógeno. Las fobias pueden ser aprendidas como consecuencia de experiencias traumáticas directas o por la observación de tales experiencias en terceras personas. Además, se vinculan a diferentes situaciones, la mayoría bastante típicas: agorafobia, claustrofobia, fobias a medios de transportes, fobias vinculadas a objetos, fobias de impulsión, eritrofobia, nosofobia, entre otras.

* Pánico: cuando el miedo es intenso, inesperado y sobrecogedor, acompañado de intentos desesperados por encontrar ayuda y protección, hablamos de pánico que se acompaña de sensaciones somáticas de angustia intensas (crisis de angustia), estado de agitación, descontrol, incapacidad de razonar, vivencias de locura o de muerte inminente.

"Dentro de la clasificación de enfermedades mentales (DSM IV), vamos a encontrar el temor a volar como fobia específica", precisó el especialista, al tiempo que aseveró: "Los factores etiológicos (origen), de la enfermedad pueden ser múltiples".

Al respecto, Alonso mencionó algunos de estos factores capaces de contribuir a que se adquiera el temor a volar: "El miedo puede estar vinculado con experiencias vitales, tales como turbulencias intensas, incidentes o accidentes; también puede responder a la atribución de un significado peligroso al vuelo por coincidencia temporal con situaciones vitales críticas; por otra parte, puede originarse en la construcción de creencias erróneas acerca del vuelo y los aviones; o en ciertas características personales predisponentes, tales como algún tipo de trastorno de ansiedad o hipersensibilidad neurovegetativa, entre otras".

ESTRES

El miedo o fobia a viajar en avión puede ser el resultado de un estrés post traumático. "Por ejemplo, cuando alguien viaja y tiene una turbulencia grave, el avión está dos horas sacudiéndose, y la persona estuvo esas dos horas temiendo morir. Eso fue traumático, aunque no todos los que viajaban en ese avión sufrieron estrés traumático -que luego se transforma en post traumático- ni todos sufrieron grave angustia de muerte", puntualizó el profesor de la UBA y del Instituto Nacional de Medicina Aeronáutica y Espacial.

A través del estudio de numerosos casos de fobia a volar, Alonso advirtió que "lo más común es que haya alguna experiencia traumática de vuelo, no porque haya sido grave -por incidente o accidente-, sino por cómo fue vivida".

"Si una persona fue a visitar a un familiar enfermo y, al volver -pensando que quizás nunca más volvería a verlo-, hubo turbulencia, la gravedad de la angustia que sintió -primero por los factores personales y familiares y luego por la turbulencia-, hicieron que generara esa angustia", ejemplificó Alonso.

Para sintetizar el concepto sobre las posibles causas de la fobia a volar, el experto añadió: "Hay factores genéticos, situacionales, de estructura de personalidad previa, de modo de abordaje de los estresores, de reacción emocional hacia una situación de amenaza y de capacidad de imponerse sobre sus fantasías; de toda esa constelación -que a veces se le llaman series complementarias o ecuaciones etiológicas- surgirá que una persona pueda tener un trastorno y otra no".

En ocasiones, "el temor a volar es aparentemente el único síntoma o problema en una persona y, a veces, puede llegar a ser el menos grave de todos los síntomas que tiene dentro de una enfermedad mucho más grave", remarcó Alonso.

OTROS MIEDOS

Asimismo, el piloto recordó que el miedo a volar encierra diversos componentes, es decir que suele coexistir con otros miedos: al encierro, a las alturas, al movimiento, al vértigo, a la falta de control de la situación, a las sensaciones corporales, a descomponerse, a hacer el ridículo, a enloquecer, y a morir. "Obviamente, está el miedo a morir, pero hay muchos otros componentes, como ser el miedo al encierro o el miedo al no control, ya que hay gente tan acostumbrada a controlar y a dirigir, que sentarse en un avión, confiar en otros y atarse al asiento, le parece aterrorizador. Después están los que tienen claustrofobia, que se le dispara en el avión, sobre todo cuando se cierra la puerta", ilustró.

Otro aspecto que varía entre quienes sufren fobia a volar es el momento en el que aparece el miedo. "Cada uno tiene ubicado el miedo en forma distinta -expresó Alonso-; hay gente que se aterroriza cuando el avión está volando, otros en el momento de levantar vuelo -porque piensan que no va a levantar y se van a estrellar- y otros que piensan que se van a estrellar cuando aterrizan; a algunos los calma ir en la ventanilla, a otros ir en el pasillo; es muy personal porque tiene que ver con la constelación y con la historia de su miedo".

QUE HACER

Al ser preguntado sobre la posibilidad de curar la fobia a viajar en avión, Alonso aseguró que existen tratamientos específicos que permiten revertir este tipo de miedo. "De acuerdo a la gravedad, al planteo del paciente, y al tiempo del que disponga -ya que a veces la persona tiene que viajar próximamente-, el tratamiento se encara como una terapia o como un entrenamiento, que si bien es terapéutico no está planteado como una terapia", aclaró.

En tanto, el especialista hizo hincapié en que "algunas personas no tienen fobia al vuelo sino necesidad de información" y que el tratamiento puede ser individual o grupal.

Según detalló Alonso, en todos los casos, el primer paso consiste en comprender la situación del paciente, y así hacer un diagnóstico. Para ello, "se lo entrevista y tomamos algunas escalas y algunos tests, también solicitamos antecedentes médicos por si es necesario indicarle que vaya a visitar a su médico", manifestó.

A partir del diagnóstico, el paciente recibirá información aeronáutica, "se le explica todo -dijo Alonso- y se responden sus dudas ¿se rompe un avión en la tormenta?, ¿el rayo lo puede hacer caer?, ¿en la turbulencia?, ¿y si se rompe un motor?, ¿y si se incendia un motor?, ¿y si se muere un piloto?... les explico todo, hasta la meteorología, para que sepan cómo funcionan las nubes, las tormentas, etcétera".

"En paralelo, se les enseña técnicas de relajación, técnicas de afrontamiento del estrés; a lo largo de las entrevistas también usamos simuladores de vuelo y, en caso de que sea necesario, recomendamos la consulta a su médico para la administración del ansiolítico que le permita abordar la situación con menos ansiedad -porque también la angustia se aprende- la idea es que pueda ayudarse con psicofármacos cuando sea necesario", prosiguió.

Respecto al tipo de psicofármacos que pueden llegar a ser necesarios para complementar el tratamiento de la fobia a volar, el piloto y psicoterapeuta reveló que, en general, se usan ansiolíticos. "En algunos lugares pueden usar un betabloqueante, que evita la reacción excesiva de angustia y los componentes físicos de la angustia; en otros lugares pueden usar unos antidepresivos modernos que también tienen un efecto ansiolítico. El psicofármaco apunta a disminuir el grado exagerado de alerta ante la situación", subrayó.

El último paso del tratamiento consiste en realizar un viaje grupal en avión. "Por ejemplo, planificamos un vuelo a Montevideo -que tiene los ingredientes de un vuelo internacional, pero es breve-, y los que integramos el equipo vemos las reacciones, acompañamos, consolamos y cuidamos; estudiamos las reacciones al llegar allá, esperamos el vuelo de vuelta y al regreso aplicamos nuevamente las técnicas", resumió Alonso.

Para concluir, el experto insistió en que aunque -como sucede en la épica de las cuestiones de salud-, no se pueden garantizar resultados, el tema tiene solución y ocuparse es la instancia clave.

Airbus pide cambiar sondas a los 2 meses de la tragedia del A-330


El fabricante Airbus ha acabado por hacer oficial que prefiere que los aviones A-330 y A-340 vuelen sin las mismas sondas Pitot de velocidad que el aparato de Air France que cayó al océano Atlántico el pasado 1 de junio. En una nota enviada el jueves a las compañías, la firma recomienda que todos los aparatos que posean las sondas del fabricante francés Thales las cambien por las más modernas del norteamericano Goodrich. Un portavoz de Airbus explicó que se trata de «una medida cautelar» tras un periodo de consultas con las compañías que poseen los aviones A-330 y A-340. El portavoz precisó que, sobre el millar de estos aparatos que vuelan en el mundo, unos 200 todavía llevan las sondas Thales, que podrían haber sido una de las causas de la catástrofe aérea de hace dos meses. MAPA DE VELOCIDAD / Estos sensores, llamados Pitot, que se encuentran en la parte delantera del aparato en forma de tubos, sirven para captar la presión del aire y dibujar el mapa de la velocidad para la tripulación de a bordo. Su posible avería en el avión de Air France pudo haber confundido a los pilotos cuando entraron en una zona de tormentas al sobrevolar el Atlántico. El anuncio de Airbus coincidió con la información de que la Agencia Europea de Seguridad Aérea (EASA) también está a punto de recomendar la prohibición de las sondas Thales. De acuerdo con el fabricante de aviones, los responsables de EASA instarán a las compañías a cambiar al menos dos de los tres sensores que lleva cada aparato, y sustituirlos por los más fiables Goodrich. En total, un centenar de compañías utilizan los A-330 y A-340, a pesar de que la mayoría ya tienen incorporadas las sondas norteamericanas o las han sustituido en los últimos años, siguiendo anteriores recomendaciones. En España, Iberia, Air Europa y Spanair vuelan con Goodrich, pero Air Comet, perteneciente a Viajes Marsans, todavía posee las sondas Thales. En concreto, Air Comet dispone de cinco A-330 y tres A-340. Aún y así, pese a la recomendación de Airbus, los responsables de la Oficina de Investigación y Análisis francesa, que se encarga de investigar las causas de la caída del avión de Air France 330-200 que viajaba entre Río de Janeiro y París, siguen sin establecer una relación directa entre el hipotético fallo de las sondas y el accidente. Las direcciones de Airbus y Air France siempre han mantenido que, aunque los sensores Goodrich sean más modernos, eso no quiere decir que los de Thales sean defectuosos o no puedan funcionar. De todos modos, su recambio estaba programado antes del accidente y, en otro comunicado, Air France confirmó ayer que procederá a su sustitución la semana que viene. REPARAR LA IMAGEN // En un intento de invertir la imagen dada por el suceso, en que murieron 228 personas, Airbus organizó el jueves pasado un acto simbólico en Toulouse para entregar el avión A-330 número mil. El receptor fue la compañía tailandesa Thai Airways International (THAI), que adquirió un A-330-300. En la ceremonia, a parte de los responsables tailandeses, participaron proveedores del fabricante y un centenar de trabajadores. En un comunicado, Airbus recordó que todavía tiene 406 encargos más de esta gama, que se puso en marcha el año 1993. Mientras, el hallazgo de las cajas negras del Airbus siniestrado se da ya casi por imposible. El barco oceaonográfico frances Pourquoi pas llegó el pasado lunes a la zona donde cayó el aparato para acometer la segunda fase de investigación, después de que la primera fase de las investigaciones concluyera el 10 de julio. Para esa fecha, las cajas negras dejaron de emitir señales acústicas.

Nuevos desperfectos en otro avión de Air France

Otro Airbus A330 de Air France, que viajaba de París a la ciudad camerunense de Douala, presentó una anomalía en el sistema de climatización lo que provocó el regreso de la aeronave, informó hoy la empresa aérea.

Unos 28 minutos después de despegar del aeropuerto Charles de Gaulle, la tripulación notó un humo leve en el interior del avión, agregó el parte, el cual también refiere que los 184 pasajeros descendieron y abordaron otra aeronave con destino a Camerún.

Entretanto la Agencia Europea de Seguridad Aérea (AESA) anunció hoy en un comunicado que en los próximos días ordenará el reemplazo, en los Airbus A330 y A340, de todos los sensores de velocidad Pitot de tipo AA fabricados por el grupo francés Thales.

La AESA explicó que estos tipos de aviones deberán ser equipados con al menos dos sondas Pitot producidas por el estadounidense Goodrich, mientras que la tercera podrá ser una similar o de la marca Thales, pero de tipo BA, de más reciente fabricación.

El cambio involucra a unos 200 aviones de un total de mil del modelo largo alcance A330 y A340, pues el resto de la flota ya está equipada con los sensores de velocidad estadounidenses, precisó Airbus.

En las últimas semanas, varios sindicatos de pilotos cuestionaron las sondas Pitot luego del accidente del Airbus de Air France AF447, que viajaba de Río de Janeiro a París con 228 personas a bordo.

La Oficina de Investigaciones y Análisis francesa, a cargo de la investigación técnica de ese incidente, considera que el desperfecto de los sensores de velocidad pudiera ser una de las causas del trágico accidente del vuelo 447, el pasado 1 de junio.