Un estudio indica que dos de cada tres pasajeros padecen temor o ansiedad en algún momento del viaje, mientras que una de cada cinco personas directamente evita subirse a una aeronave, eligiendo un medio de transporte alternativo.
Estos datos fueron confirmados por el doctor Claudio Pla Alem, fundador de la organización Poder Volar. Se trata de una organización que, a partir de 2006 y desde Aeroparque, organiza cursos y talleres para ayudar a superar este trastorno con un abordaje multidisciplinario.
Diversas definiciones convergen en que la aerofobia es el temor a volar que se presenta en forma persistente y no entiende de razones. Esto significa que quien sufre de este temor es generalmente impermeable a los innumerables datos estadísticos que demuestran la relativa seguridad del avión vis a vis a la del automóvil particular.
Lejos de manifestarse únicamente ante la posibilidad de unas vacaciones lejos de casa, estos síntomas complican la vida de quienes, por ejemplo, deben viajar para trabajar o quienes tienen a algún miembro de la familia viviendo en el exterior. Y en los tiempos que corren, sufrir de este mal puede significar no ver a un ser querido por años, perder un buen negocio, tener un conflicto de pareja, o incluso la imposibilidad de un amor a distancia.
Pero, ¿de dónde surge este temor? Según Pla Alem, no es tarea sencilla rastrear los orígenes del miedo. Sin embargo, una mala experiencia del pasado –como puede ser un viaje con turbulencias- puede bastar para que el miedo aflore.
El stress y la ansiedad coyuntural particular del viajero también pueden desatar estos temores. El especialista mencionó además la repercusión que tienen las noticias sobre accidentes o desperfectos aéreos como detonantes de una aumento de las consultas. “La noticia sobre las fallas en el funcionamiento de los radares, en marzo del año pasado, aumentó notablemente el número de consultas”, añadió.
Justamente porque las causas del temor son variadas, el abordaje para controlarlo es también multidisciplinario. “En Poder Volar trabajamos a través de ejercicios corporales, facilitamos información sobre el avión a través de clases con especialistas, dvd y material de lectura, establecemos contacto con los viajeros inmediatamente antes de que aborden el avión para ofrecer contención y recetamos medicación en los casos en que sea necesario", advirtió Pla Alem.
Por último, el especialista confirmó la importancia de la actividad de prevención: “En el último año hemos iniciado charlas en distintos colegios y queremos que esta actividad con adolescentes y niños aumente”.
sábado, 1 de agosto de 2009
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